jueves, 27 de noviembre de 2025

 

RIVER VERSUS RIVER

Nuevamente debo aclarar que de técnicas y reglamentos de fútbol no sé nada (ES DECIR, NI UN COMINO). Si digo que veo fútbol, por ser simpatizante de River Plate y disfruto cuando los equipos cualquiera sea, con destreza y/o delicadeza llevan la pelota hacia adelante o cuando con pases certeros colaboran para convertir la acción en gol.

En la vuelta de Marcelo Gallardo y por este mismo medio mostré mi preocupación; dado que las “segundas vueltas nunca fueron buenas”. Valore su primera participación por emular o superar tal vez otras grandes y gloriosas etapas del club.

Pero… observo siempre con sentido común el paisaje. Ya en los primeros tiempos, a pesar de retirarse con toda la gloria; quedaba atrás un vestuario raro, inquieto, convulsionado. Vino Martin Demichelis y me agrado la apuesta (veía en el por su larga estadía en prestigioso club y nada de improvisación, la posibilidad de desarrollar nuevos esquemas de juego, que nos lleve a equiparar a las ligas europeas). Ocurre que, con el tiempo, esos esquemas para florecer requieren no sólo esfuerzo, sino, también disciplina y nada de privilegios. De pronto, parió la abuela y todo se hizo agua.

Lo que digo en adelante será grotesco, pero no indebido. Todo me comenzó a saber una suerte de asociación con jugadores estrellados que imaginaban jugar de taquito en el fútbol argentino con auras de superioridad en el resto y la otra pata que proyectó un futuro de puro triunfo; actitudes que terminaron incidiendo en el ánimo colectivo del Club River Plate.

P/D: me quede corto, pero me cuesta ofender

Juan Luis Coria (Santiago del Estero, noviembre 26 del 2025)

 

 

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