AMIGOS DE LA VIDA SOCIAL, DEPORTIVA Y POLÍTICA
Santiago del Estero, enero 15 de 2015.
No soy de los estiman por el tamaño,
mal menor o mal mayor. Es bien o mal. Tampoco soy un fundamentalista, observo
el hecho y considero su intencionalidad,
el error no es inmoral.
Cuando durante o después del gobierno de Raúl
Alfonsín, nos atosigaban asta con ironía la gestión desarrollada, exigía nombrar
los actos censurables. Generosamente extendía las manos abiertas para contarlos
y los dedos de una mano sobraban.
Por el tema “aduana”, nunca puse las manos en el fuego (si
digo, muchos afiliados modelo 1982 de aluvión ilustrado, se enriquecieron).
El otro
tema, fueron los famosos “pollos”; pésima gestión por su mala implementación
(si alguien imaginaba enriquecerse, digamos les fallo). Pero la idea vendida era cierta y creíble, falto experiencia o
cultura por su nunca implementación publica como estrategia en el
mercado argentino (salvo, en muchísima menor escala, lo privado lo usaba y
digamos lo usa y lo usara; me refiero al acopio necesario de mercaderías,
aunque muchas veces especulativo). Recordemos
que como política de estado
en esos años, Francia lo usaba y su mecánica era simple; en tiempos de
temporada, abundante cosecha o producción, los productos, por su excesiva
oferta bajaban de precio, el gobierno, los almacenaba para volcarlos luego y
regular el mercado, cuando estos escaseaban, aumentando la demanda y sus
precios de consumo.
Con el
tema “irán”, me pregunto; que dirán hoy, todos aquellos que se mofaban de los
pollos (adquiridos con escasas reservas, para mitigar adquisición de “un”
producto de la canasta alimenticia). Contra el tema “irán”, donde en una toma y
daca por petróleo, (se negoció impunidad a un acto criminal). Tomaran los
exitistas argentinos una opinión constructiva?
De paso, no dejemos de observar: que
al Dr. Illia y a la República Argentina (por el petróleo, le costó la
constitucionalidad de sus leyes), que en el boletín gubernativo “el liberal” lo
acontecido con la denuncia al gobierno kirchnerista, (no es tema de tapa, salvo
en página 6), que escribo telegráficamente (y a buen entendedor, sobran las
palabras).
Juan
Luis Coria