domingo, 21 de septiembre de 2025

 Juan Ignacio Coria Vignolo

15 h 
El Club del Helicóptero, parte dos.
Todos sabemos que las segundas partes siempre fueron peores. La segunda parte del Quijote, del Martín Fierro, del gobierno de Cristina, de Matrix y, hasta, la segunda parte de Gallardo en River. Todas las segundas partes siempre fueron peores.
Aun así, lo peor del radicalismo y del peronismo volvieron a unirse para hacer la segunda parte del “Club del Helicóptero”.
Su propósito es lograr un golpe de estado contra Milei, con idénticas características del golpe de estado que organizaron y ejecutaron contra De La Rúa.
Antes de las elecciones del 2001, Duhalde y Alfonsín, los peronistas y radicales, produjeron la primera parte del “Club del Helicóptero” para volver al gobierno antes de lo que establecía la Constitución Nacional, es decir, por vía de un golpe de estado.
¿Por qué lo hicieron? ¿por los Jubilados? ¿Por la salud pública? Hoy sabemos que no era por eso. Solo era la desesperación de la casta política de recuperar el gobierno antes de que llegara la riqueza que ingresaría al país por la suba de las exportaciones de granos, especialmente la soja. El mundo proyectaba este fenómeno por la inminente entrada de china al consumo de este cereal.
Si esto pasaba durante el gobierno de De La Rúa, lo peor del peronismo y lo peor del radicalismo serían historia. El país se estabilizará económicamente sin crisis política, sin inflación y con crecimiento de la riqueza.
La casta política corría el riesgo de perder sus privilegios definitivamente. Por esta razón se apresuró a organizar un caos político, destruir la confianza en el plan económico y generar pánico en los especuladores financieros.
No les importó impulsar la mayor crisis económica argentina, no les importó que volviera la inflación y destrozara el poder adquisitivo del salario y no les importó producir el más grande y doloroso crecimiento de la pobreza.
Hoy, la casta política corre el riesgo de perder sus privilegios definitivamente. Lo peor del peronismo y del radicalismo, se apresuran a organizar un caos político, destruir la confianza en el plan económico y generar pánico en los especuladores financieros.
No les importa que esto podría traer otra crisis económica, nueva inflación que destruya el poder adquisitivo del salario o que crezca la pobreza, nuevamente, a niveles mayores al 50%, como hicieron Cristina y Alberto.
Esta segunda parte de la película del “Club del Helicóptero” está escrita, dirigida y actuada por los peores peronistas y por los peores radicales, continuadores de esa antidemocrática e infame casta política del año 2001.
Ya sabemos que quieren destituir a un gobierno democrático antes de que cumpla su mandato constitucional.
Solo queda desnudar porque se apuran tanto, como se apuraron con De La Rúa y lo quieren hacer con Milei pero no lo hicieron con Macri.
Ya dije porque lo hicieron con De La Rúa. La soja con De La Rúa estuvo en U$S 155 por tonelada y con Cristina llegó a estar en 649 dólares por tonelada.
No lo hicieron con Macri, porque todos los indicadores económicos presagiaban una caída de la producción de granos por la sequía en Argentina y, a la vez, una caída del precio internacional por los excelentes rendimientos en otros países.
La soja con Macri estuvo en U$S 291 por tonelada y con Alberto llegó a estar en 650 dólares por tonelada.
La unión de la casta política en el Congreso de la Nación no es por ninguna causa justa, ni siquiera es porque Milei esté haciendo un buen o mal gobierno, esta unión, para tomar el gobierno, es solo porque vienen años venturosos para los precios internacionales de los productos argentinos y quieren apropiarse de esa riqueza.
Se terminó la sequía en la zona productiva, la cosecha del año que viene probablemente sea récord, los precios de los granos subirán porque la guerra de Ucrania se extendió más de lo esperado y, además, Argentina comenzará a exportar energía (para sustituir la energía rusa) y minerales lo cual agrega un extra de ingresos en dólares de, aproximadamente, U$S 65.000.000.000 en los años que vienen, superando a esa cifra durante cada año después del 2030.
La desesperación no es por los alumnos de la Universidad Pública. Solo cabe hacerse esta pregunta: ¿el mayor presupuesto que exigen lo recibirán los alumnos? Todos sabemos que no. El aumento lo recibirá la casta política universitaria que pasarán de diez a veinte millones de pesos sus sueldos, que pasarán sus viajes y viáticos de los cerros de Córdoba a los Alpes Suizos y pasarán, de algunos miles, a varios miles de militantes políticos rentados, disfrazados de alumnos crónicos, para tener un mayor poder de fuego contra el gobierno constitucional y democrático de Javier Milei.
La casta política huye cuando se acerca la tormenta y se apresuran a tomar el gobierno cuando empieza a asomar el sol.
Empieza a asomar el sol para Argentina. Más exportaciones, en cantidad y precio, de granos, energía y minerales.
Esa es la riqueza que está llegando a nuestro país y que la casta no quiere que ingrese durante un gobierno que respete la vida, la libertad y la propiedad, porque eso hará caer para siempre su relato de que solo un gobierno estatista garantiza un buen vivir.
Si no se apuran a producir el golpe de estado antes de fin de año, Milei habrá demostrado que el camino del crecimiento y la prosperidad no viene de la dádiva de un político sino que viene del trabajo fecundo de cada argentino.
Queridos compatriotas, la casta política viene por esa riqueza que empezará a llegar en el primer semestre del año que viene.
Queridos compatriotas, los animo a defender la democracia, a defender los cuatro años de mandato constitucional de Milei, pero sobre todas las cosas, los animo a defender la riqueza que está llegando, para que esa riqueza sea de todos los argentinos y no sea para la misma casta política parasitaria de siempre.
Juan Coria
Docente Universitario (UNT/UNSTA)