SIMPLEMENTE
River Plate, juega su historia… Marcelo Gallardo, fue un fiel exponente de una gran trayectoria escrita por futbolistas imposible de discutir; hoy, esa grandeza llama a su puerta.
Pero, es sabia la naturaleza y muy estrecho el espacio para reproducir hitos. Marcelo Gallardo, se dio cuenta y se retiró en un clima enrarecido de soberbia más ajena que propia. Los “egos” funcionaron y rompió la armonía; se le atribuía demasiada energía en su trato… y nada más inmaduro o infantil entre adultos, para llevar adelante un proyecto. DE ÚLTIMA, EL TIEMPO FINAL DE MARCELO GALLARDO NO FUE MALO, PERO… TAMPOCO FUE BUENO.
Situación que provocó el tiempo de un MARTÍN DEMICHELIS. Este, con una formidable base heredada, supo dar continuidad a la pasada gesta River Platense. No tenía pasado de grandeza, pero regresaba de un mudo “distinto” disciplinado y osado para ganar más y mejor trascendencia. Pero… de nuevo las quintas columnas, cargadas de exitismo e interesas propios y/o aires de ser solo más, contando en la ocasión con un periodismo deportivo “iluminado”, malogran el esfuerzo; es decir, egoísmo que incide en el ánimo de una hinchada desubicada e ignorante del mérito.
P/D: NO SIEMPRE, SEGUNDAS PARTES FUERON BUENAS.
Juan Luis Coria (Santiago del Estero, 28-07-2024)