Santiago
del Estero, junio 18 del 2015.
TESTIMONIO
En un cine de mi barrio (Santiago del
Estero), siendo todavía más niño que adolecente, vi una película que se
desarrollaba ya en el siglo XX y probablemente en el caribe; con mucho de
acción y romance llego a su fin. Su título “EL MUNDO EN MIS BRAZOS”, como fue
de mi agrado, siempre me intrigo precisamente su título, quería encontrar una
relación con lo que había disfrutado. Ya adulto, creo que encontré la respuesta;
la misma, concluía en un velero que atravesaba un gran mar con la pareja
protagonista en el timón, lógicamente, la mujer sostenía el rumbo y el varón
desde atrás la sostenía a ella con sus brazos, gozando ambos la brisa de la
travesía y su relación. He ahí la cuestión, para el hombre, con su lucha,
lograba la suma de aspiraciones, atrapando además la felicidad, era tener el
“EL MUNDO EN MIS BRAZOS.
¿A qué viene
este viejo recordar? Bien… esta mañana, en Radio Mitre durante el programa
“Cada Mañana” de Marcelo Longobardi; durante un reportaje a fin de conductas
(disculpen la generalización, ocurre, que escuchaba radio mientras realizaba
tareas) el entrevistado opino, que el
automóvil es para nosotros los varones, una suerte de continuidad de uno mismo;
deducción que en principio comparto, por resultar bastante acertada. El tema
seria él porque; amante del desplazamiento a partir de un motor, le di desde
hace ya mucho tiempo una propia significación (por aquello de tener poder para
decidir y dominar el entorno, recibido como herencia de esa trayectoria épica
de evolución humana). El hombre, terminadas las luchas por sobrevivir y en
tiempos modernos, el automóvil significo como un segundo hogar. Entonces, modestamente
asocie aquello del film comentado al inicio “EL MUNDO EN MIS BRAZOS”, por “EL MUNDO EN SUS
BRAZOS”.
Juan Luis Coria
0385 154386125
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